-¿Por qué elegiste como título para tu obra: «La memoria viene después? ¿Qué
significa?
Porque la literatura parte a menudo de los recuerdos. Primero se vive y después aparece
el arte. Por eso la memoria viene después. Se llena el tintero para más tarde vaciarlo
escribiendo. Los recuerdos son experiencias, tiempo, fotografías del pasado que
analizaremos un buen día recordando. Y entonces siempre aparece la memoria.
-¿Por qué dices que es la típica historia que ahonda en el misterio íntimo del
hombre?
La vida en general es demasiado rutinaria y a veces demasiado sencilla, por no decir
simple, si no fuera por el destino, por ese “fatum” que define a menudo al hombre, que
le hace cambiar de caminos, de deseos, de ideas, y que llena los acontecimientos de
misterio, de dudas, y también de miedo, que es donde podemos hallar la esencia del ser
humano, incluidas sus contradicciones.
-Al crear tu obra, ¿qué te inspiraba? ¿Dirías que algún otro escritor? ¿Alguien
cercano a ti?
Cuando me pongo a escribir, siempre tengo que saber primero el título, cómo empieza
la novela y cómo termina. Y también cuántos capítulos va a tener. Como una especie de
escaleta. La estructura para mí es muy importante. Y, cuando lo tengo claro, va saliendo
sola. Eso de la inspiración… Yo no creo en la inspiración. Uno se forma como escritor,
o como artista, a través del tiempo. Llega un momento que debes tener claro el
concepto. Si no es así, lo mejor es dejarlo. Y en cuanto a las influencias… Hay de todo
un poco. Por un lado, en su día tuvieron mucho impacto o me influyeron Manuel Vicent
con su Balada de Caín, Camilo José Cela con Mazurca para dos muertos, El otoño del
patriarca de García Márquez, Juan Goytisolo, y sobre todo Francisco Umbral con sus
crónicas sociales y ese libro en prosa que es poesía pura y que se llama Mortal y Rosa.
Y para terminar, Roberto Bolaño.
-¿Por qué dirías que la gente debe leer tu libro? ¿Cómo piensas que tu libro
actuará en los lectores?
No me gusta dar consejos. La gente es libre de leerme o no. Siempre me parecieron
importantes los descubrimientos: de pronto, tienes en tus manos un libro que no creías
que te iba a influenciar y que te iba a gustar. Y esa sorpresa te lleva a seguir buscando, a
indagar en “arenas movedizas”. Mi libro, al igual que yo, su autor, no somos frívolos.
Por lo tanto siempre habrá algo en lo que pensar, en lo que reflexionar, para cambiar, en
la medida de lo posible, un trocito de este mundo para hacerlo más habitable, en
definitiva más humano. Es a lo que aspiro humildemente.
-¿Cuál dirías que es tu parte favorita de todo el libro? ¿Por qué?
Mi parte favorita son esos trozos en los que hago crónica social. No me van demasiado
las descripciones, pero sí las ideas, los cambios en la vida cotidiana, los temas de
siempre, como el amor, la traición, la duda…, y toda la pelusa que se esconde bajo la
alfombra de los seres humanos. Y ahí es donde mejor me desenvuelvo. Me gusta el
capítulo XXVII o la página 66.