Diálogos y estructura
Muchos escritores tenéis dudas sobre el uso de los guiones de diálogo en su estructura, la función de estos es la de indicar lo que dicen los personajes de un texto, y separar lo hablado por uno de ellos de lo que añade el autor de forma explicativa.
Si escuchamos una conversación e intentamos llevarla al papel, nos damos cuenta de que ese diálogo no funciona a nivel narrativo. Las conversaciones están llenas de interrupciones, frases sin terminar… Los diálogos pueden adoptar formas y convenciones muy distintas según el tipo de obra. Conocerlos bien nos ayudará para elegir cuál nos conviene emplear
Diálogos con y sin acotaciones
Los diálogos pueden incluir diálogos con acotaciones del narrador, cuando es así, se dice que son abiertos, cuando son sin acotaciones, se dice que son cerrados.
En este caso se utiliza la raya aportando información al lector sobre la acción o tonalidad del personaje que habla, dejamos unos ejemplos para apreciar mejor la diferencia;
—Hola, ha llegado Andrea —dijo Javi. Diálogo con acotaciones (abierto) del narrador.
—Andrea, tengo ya coche; ¿y tú? Diálogo sin acotaciones (cerrado) del narrador.
Raya y guión
Es uno de los fallos más frecuentes a la hora de escribir un diálogo. La diferencia entre la raya y el guión es sencilla, el guión (-) es más corto que la raya (—). La forma correcta de escribir los diálogos es con raya;
—Andrea, llama a Pablo.
La raya se debe usar durante todo el diálogo, incluidas las acotaciones del narrador:
—Hola, me llamo Pablo -dijo él. Incorrecto.
—Hola, me llamo Pablo —dijo él. Correcto.
Así que, en todos los diálogos hay que usar raya, nunca guión.
Espaciado
- Usar el espaciado en los diálogos es otro de los fallos más frecuentes, simplemente hay que recordar que no hay espaciado entre la raya y la primera letra del diálogo:
—Mi hermano se llama Jonathan. Correcto.
— Mi hermano se llama Jonathan. Incorrecto.
- No hay espaciado tampoco en la acotaciones del narrador, pero si entre la última palabra del diálogo y la acotación.
—Mi hermano se llama Jonathan —dijo Rosa. Correcto.
—Mi hermano se llama Jonathan — dijo Rosa. Incorrecto.
- No hay espaciado al final de la acotación, pero sí que hay al comenzar de nuevo el diálogo.
—Mi Hermano se llama Jonathan —dijo Rosa— y tiene cinco años. Correcto.
—Mi hermano se llama Jonathan —dijo Rosa — y tiene cinco años. Incorrecto.
Los diálogos son parte fundamental de cualquier historia, por lo que es imprescindible para todos tener claro su estructura, estos no son los únicos diálogos y pueden hacerse combinaciones a partir de estos, así como nuevas formas. Lo importante es que el texto fluya y que el lector sepa quién está hablando en cada momento. A partir de ahí, depende del ingenio y pericia del que escribe.
Esperamos que estos consejos sobre cómo debe ser la estructura de los diálogos de una obra os hayan servido y los llevéis a la práctica.