Enhorabuena por el Premio Cervantes Chico en la categoría de Padres, Madres y Tutores.
¿Qué significa para ti este reconocimiento a tu labor en la divulgación de la literatura entre los más jóvenes?
Muchas gracias, en primer lugar. La verdad es que no me esperaba ningún premio, y mucho menos un Cervantes Chico. Ha sido una verdadera sorpresa. Creo que mi decisión de involucrarme en el colegio de mis hijos, aportando cuentos y valores entre los más pequeños, ha sido un gesto bonito y acertado.
Quizá, algunas personas piensen: ¿por qué escribes y editas unos cuentos que solo van a leerse una vez en la vida? Porque la vida está llena de momentos únicos e irrepetibles, y ver la alegría y la sonrisa de los niños al oír lo que has escrito para ellos es uno de esos momentos que compensan mi labor.
Este premio suele reconocer a padres y educadores, pero en tu caso, eres también escritor. ¿Crees que esta doble faceta puede haber influido en este reconocimiento?
Lo cierto es que no conozco el criterio del jurado para elegir al premiado en mi categoría, pero me transmitieron que el hecho de que sea un padre, y no una madre, ha tenido mucho que ver. Es posible que no sea el único padre que participa en este tipo de actividades, pero quizá sí uno de los pocos que han escrito algo exclusivo para esos eventos. Que, además de eso, resulte que me dedico a la literatura, podría ser una coincidencia, o no, puede que nunca lo sepa.
Las historias que has escrito para las sesiones de cuentacuentos a las que fuiste invitado abordan temas relevantes para el público infantil. ¿Qué te llevó a incluir estos mensajes dentro de la narrativa?
El equipo docente tiene una gran tarea a la hora de educar a nuestros hijos; aun así, los principales responsables de su educación somos los propios padres. En ocasiones, soy testigo de algunas injusticias y exclusiones entre los más pequeños que pasan desapercibidas o son justificadas como «cosas de críos» por los adultos, pero ese argumento no termina de convencerme, porque también he sido niño y me habría parecido igual de injusto en su lugar.
Fuera de mi casa, no soy educador, no puedo educar a nadie. Sin embargo, sí que puedo educar a los personajes de mis cuentos a través de la metáfora y la moraleja.
¿Qué estrategias o actividades consideras más efectivas para acercar la literatura a diferentes edades, desde los más pequeños hasta los jóvenes adultos? ¿Podrías compartir algunas de tus experiencias personales en este ámbito?
Si lo supiera a ciencia cierta, tendría la clave del éxito que busca cualquier escritor para ser leído. Creo que lo más importante es no obligar a leer algo, por muy bueno que sea, sino ofrecer posibilidades. ¿Qué tipo de historias sueles leer? Si no te gustan las historias de fantasía y te regalan una novela del género, es bastante probable que no la leas.
Con los pequeños pasa algo parecido, hay que darles opciones para que elijan el tipo de historias que les gusta, a poder ser, con protagonistas de su edad, porque así se verán más identificados y conectarán más con la historia. La cuestión no es la edad del lector, sino la preferencia.
En mi caso, soy un devorador de artículos científicos y libros que se alejan mucho del estilo narrativo.
La obra con la que diste el salto a la literatura, «El Libro en Blanco», llama la atención por su temática, que trasciende de la simple aventura de fantasía. ¿Qué te inspiró a escribir esta novela y qué quieres transmitir a los lectores con ella?
Como ya os comenté en una entrevista anterior, el mundo de mi novela fue inspirado por la enfermedad de Alzheimer que padeció mi abuela paterna. Además del valor de las cosas no materiales, la aventura vivida por los personajes de mi novela transmite un mensaje muy profundo sobre las segundas oportunidades.
Todo puede cambiar en cualquier momento, para bien o para mal, pero ni lo bueno es eterno, ni lo malo es para siempre. La vida no solo es caminar, sino decidir en las bifurcaciones. A veces te caerás, y tratarás de levantarte, darás las gracias a las desgracias y seguirás adelante.
Valórate, eres el resultado de todos tus aciertos y errores.
¿Cómo compaginas tu faceta de padre con tu pasión por la escritura?
No lo sé ni yo, porque no solo hago malabares con las pelotas de la escritura y la paternidad. A veces me apetece escribir y no puedo, otras veces tengo tiempo para ponerme y no tengo fuerzas ni ganas. Un buen día, se alinean los astros y aprovechas que no está nublado para ver las estrellas.
Ojalá fuera de otra manera, pero mi profesión me impide ser escritor a tiempo completo, así que, hago lo que puedo y trato de no exigirme ni compararme con aquellos que se dedican en exclusiva a la literatura.
¿Qué consejos darías a otros padres que, como tú, tienen el sueño de escribir y publicar sus propias obras?
Cada persona y cada familia son un mundo. Si a mí no me suelen funcionar los consejos de otros padres, no me veo en la posición de mojarme en este aspecto. Ser padre, tener un empleo y querer dedicarte a la escritura es una vocación que exigirá pequeños cambios y sacrificios, sobre todo, en horas de descanso.
Evaluar tus prioridades es fundamental, además de proponerse objetivos sencillos sin compararse con otros autores a tiempo completo.
Encontrar el momento es difícil, pero hay pequeños huecos que puedes aprovechar para escribir, por poco que sea. Ya sea en tu smartphone o en una libreta, todo lo que avances te acercará a la meta.
¿Qué otros proyectos literarios tienes en mente? ¿Planeas seguir explorando temas desafiantes en tus futuras obras?
Por supuesto, siempre me ha gustado darle un giro de tuercas a las cosas, ya sea inspirado en los fenómenos físicos o psicológicos, e incluso abstractos e irracionales.
El universo detrás de El Libro en Blanco, originalmente titulado Chains of Destiny, es rico y extenso. Aquellos que han tenido la ocasión de conocerlo en algunas charlas coinciden en que debería escribir sobre ellos, aunque no sé si podré permitírmelo, ya que no vivo de la escritura. Teniendo en cuenta que mi obra actual está basada en mi cuarto guion y que tiene proyectadas otras tres partes y un libro de relatos, el resto de guiones serían las siguientes adaptaciones en las que trabajaría para traerlos al terreno de la narrativa. No obstante, también existen obras paralelas en las que seguiré trabajando, como La Cruz de Einstein, la saga policíaca Sunsetport, Pearlwood y, por supuesto, en pequeños proyectos para el público infantil y juvenil.
¿Cómo ves el futuro de la literatura juvenil y para jóvenes adultos en la era digital? ¿Qué retos y oportunidades presenta este nuevo panorama?
Pienso que la literatura se encuentra presente en numerosos formatos, no necesariamente en los que estamos acostumbrados. La era digital empezó hace algo más de cinco décadas, y siempre ha habido temor y escepticismo alrededor de ella, pero no necesariamente debe reñir con la literatura. El progreso tecnológico es inevitable, ya se vivieron cambios como estos, como el paso del caballo al vehículo motorizado.
Un ejemplo del que puedo hablar con criterio es el mundo de los videojuegos. Dicho sector se fusionó con la literatura de la mano de Roberta Williams, de hecho, su primer juego estaba inspirado en la obra más conocida de Agatha Christie. El problema de la era digital es que los padres no suelen involucrarse, ya sea por desconocimiento o falta de tiempo, sobre los juegos o medios apropiados. Además, hay quienes demonizan los lectores electrónicos, pero yo considero que son un buen medio para sumergirse en la lectura sin necesidad de acumular estanterías.
Consumismo aparte, no deja de ser una cuestión de preferencias.
¿Te gustaría transmitir algo al público infantil, gracias al cual has sido premiado?
A todos los niños y niñas, a mis hijos: haced aquello que os guste. No dejéis que os impongan, sed auténticos y dejaos llevar por la curiosidad, que no sois gatos. Si hay algo que quieras decir o expresar, hazlo; hay muchas maneras de conseguirlo. Nadie ha dicho que el arte tenga una norma escrita, ¿verdad? A los padres y madres: habéis sido niños. Obligar suele conducir a la aversión. Aunque se os parezcan (o no), no son copias sacadas de un molde vuestro.
Dejad que vuestros hijos elijan y sean ellos mismos, que no repriman sus sentimientos, emociones y expresiones.
Y, para terminar, ¿habrá segunda parte de «El Libro en Blanco»?
Por supuesto, El Capítulo de la Doncella va viento en popa; de hecho, en mi página web dejaré un adelanto del borrador que incluirá el prólogo y el primer capítulo.
De regalo, quiero compartir en esta entrevista mi poesía libre favorita.
Se titula Náufragos, y está inspirada en un personaje de esta segunda parte:
A los que se empeñan en que tras la tormenta viene la calma, me atrevo a decirles que la vida es la tormenta, siendo su ausencia, la calma.
Un buen día, llegas y te dicen: «Hola, Ashley, bienvenida al mundo. Este es tu hermano, Tide». Y te conformas, porque alguien que sabe más que tú sobre el océano te lo ha dicho, y punto. Pero, ¡no nos engañemos! Estás en el mundo para cuestionarlo todo.
La vida es un naufragio. ¡Lamento la mala noticia! En tu trayecto, te cruzarás con gente honrada que vale su peso en oro, pero también con bribones que ansían robarte el tesoro. Algunos te dirán por dónde deberías navegar, otros, te advertirán de algún que otro monzón, pero, amigo, solo tú llevas el timón.
Puede que te asusten las olas, o puede que te falten las horas. No hay problema, haz del viento tus alas y de la tempestad un impulso a tu lona.
Nadie sabe qué hay más allá del horizonte, ¿verdad? Pero hemos venido a vivir. Quien te asegure que hay islas o tierra es porque teme al agua, y no a la tormenta. Una vez oí que había peces más allá de la niebla, y ¿qué me encontré? Agua, más de la misma mierda.
Navega sin rumbo y no tengas miedo. Aprende a nadar, y tal vez ese viento que tanto te inquieta, se convierta en la fuente que alimente tu próxima meta.
¿Y qué hay más allá del horizonte? A ver, cómo respondo a eso. ¡Quién sabe! A lo mejor encuentras la calma…, pero ya habrá tiempo de alcanzarlo cuando dejes libre a tu alma.
Pues aquí termina la entrevista, Iván. Te deseamos mucho éxito en tu trayectoria literaria y cualquier otro proyecto que te propongas. Muchas gracias por atender a nuestra entrevista y, una vez más, felicidades por ese merecido premio.
Gracias a vosotros. ¡Hasta pronto!