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En ellos se debe encontrar información relevante acerca de la obra: características esenciales, estructura, puntos fuertes y débiles de la narración, ausencia de elementos necesarios, aparición de elementos innecesarios, errores recurrentes, valoración de la originalidad, punto de vista del lector, oportunidades editoriales, y sugerencia de correcciones. En los buenos informes aparecerán desglosados los problemas, y estos tendrán más protagonismo que las virtudes, ya que se trata de lecturas enfocadas en conseguir posibles mejoras. La extensión de estos informes puede variar dependiendo de la complejidad de la obra a analizar.
¿Cómo podemos estar seguros de que una obra cumple los requisitos necesarios para ser considerada profesional? ¿Qué distingue un texto que se mantiene durante más tiempo en los canales de distribución, solicitado por los lectores, de otro que apenas se ve en algunas librerías? Tal vez no tengas intención de publicar tu trabajo, pero siempre es interesante saber qué pueden pensar de él las editoriales, qué opinión le causa a un lector el estilo, la historia y el desarrollo de la misma.
Nadie puede evaluar objetivamente su propia obra. Por eso es importante contar con una valoración profesional que analice los puntos fuertes y los puntos débiles de un escrito, saber cuáles son sus posibilidades comerciales, qué se debe potenciar, qué sería aconsejable reescribir, cuál es su grado de calidad técnica y artística. Este tipo de valoración te ayudará a descubrir tu obra desde otro enfoque, y podrás apreciarla desde una nueva perspectiva.
