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A la hora de publicar un libro, la corrección ortotipográfica es uno de los pasos más importantes. Dicho servicio corrige la ortografía, la tipografía, y unifica el texto desde un punto de vista formal para dar con una obra perfectamente presentable al momento de publicar tu libro. Si lo deseas, también podemos realizar una corrección de estilo a tu manuscrito.
En todos los escritos existen errores. Erratas ortográficas, transposición de caracteres, puntuación, mayúsculas o diversos signos ortográficos. Aunque utilicemos un procesador de textos con autocorrección, aunque hayamos leído nuestras páginas un millar de veces, existen detalles que se nos escapan. ¿Cómo regularizar los capítulos? ¿Cuándo debemos usar una coma y cuándo un punto y coma? ¿Cuándo es necesaria la tilde en ciertas palabras que no siempre la llevan?
La corrección ortotipográfica es imprescindible en una obra profesional. Ofrece un texto limpio, sin errores de tipografía, de ortografía o de gramática. Ninguna editorial valora de la misma manera un texto correcto, uno que sigue las normas de la lengua en el que está escrito, que otro que presenta faltas de cualquier tipo. Un texto corregido está un paso más cerca de ser un texto profesional.
Se suele decir que una corrección ortotipográfica es obligatoria, y una de estilo, conveniente. Sin embargo, es importante diferenciar en qué consiste cada una, puesto que ambos trabajos son susceptibles a ser confundidos, o en muchos casos, creer que se trata de lo mismo. Aunque las dos formen parte de la naturaleza misma del trabajo de corrector con la finalidad de publicar un libro, la corrección ortográfica y la corrección de estilo poseen diferencias muy significativas, y de alguna manera son complementarias.
Mejoras que persigue la revisión ortotipográfica:
- Fijar la ortografía a las normas que establece la Real Academia Española. Con ello nos referimos sobre todo al uso de tildes, abreviaturas, símbolos, guiones de diálogos, mayúsculas, escritura de cifras, magnitudes, etc.
- Detectar y corregir los errores ortográficos que pueda tener el manuscrito.
- Unificar criterios o “estandarizar” el texto en aquellas cuestiones que escapan a la normativa vigente. Nos referimos, sobre todo, al mal uso de cursivas -itálicas-, el entrecomillados o negritas.
- Según el caso (el estado del manuscrito, a punto o no de entrar a imprenta o en galeradas), se intenta detectar páginas viudas y huérfanas, repetición de palabras o sílabas consecutivas, separación de palabras, etc. En segundo lugar, estudiar el sistema de márgenes, saltos de línea, tipo de letra y foliación.
- Revisión del sumario y su correspondencia con la obra.